jueves, 11 de diciembre de 2014

Javier Marías: "Mira lo que hago"

En este artículo vamos a analizar el artículo de Javier Marías Mira lo que hago publicado en el país semanal.

Al inicio explica el motivo por el cual escribe este artículo, y es a partir de una foto que vio en un reportaje de Guillermo Altares en el Louvre. Cuenta que en la fotografía se ve solo a tres personas mirando la Gioconda y las demás, unas 30, están haciéndose “estúpidas fotos con sus estúpidos móviles”.  Aquí comete el primer error ya que, primero, ¿quién le ha dicho a Javier Marías que esas 30 personas no han estado observando la Gioconda antes de sacarse la foto? Y segundo, la afirmación de “estúpidas fotos y estúpidos móviles” no es muy acertada ya que ¿por qué motivo son estúpidos las fotos o los móviles? No es nada estúpido el hacerte una foto de recuerdo o tener un teléfono móvil con acceso internet para poder resolver una duda en cualquier momento, sacar una foto o poder llamar a alguien cuando lo necesitas.

Javier Marías en este artículo incurre en una serie de generalizaciones abusivas y sin fundamento. En primer lugar  cabe señalar unos de los grandes errores que comete  y es el de querer criticar la publicidad sin llegar  a hacerlo. Mucha gente quiere ser cada vez más como la gente de ficción (y cretina) de la mayoría de los anuncios televisivos, y éstos han popularizado dos slogans particularmente nefastos: “Yo estuve allí” y “Este es un acontecimiento histórico e irrepetible.  El autor se confunde al decir que  “Yo estuve allí” y “Este es un acontecimiento histórico e irrepetible” son slogans, ya que en realidad son frases popularizadas que repiten los periodistas, pero en ningún caso forman parte de ninguna campaña publicitaria.

 Otra cosa que podemos observar es lo que dice en el destacado: Demasiada gente ingenua se ha convencido de que cosa que cuelga en las redes, la va a contemplar todo el  universo mundo. Si realmente fuera como dice el autor no existiría los derechos de privacidad. Realmente la gente no quiere que sus cosas las vea todo el mundo, si no sus amigos. La gran mayoría de las personas que cuelgan cosas para que las vea todo el mundo suelen ser empresarios que quieren promocionar sus productos.

También hace una serie de preguntas que tampoco tienen mucho sentido: A cada individuo que presuma de “haber estado allí”, sea “allí” el Camp Nou con Messi vestido de bandera o la caída del muro de Berlín en su día, habría que contestarle con la crueldad merecida: “¿Y? ¿Tuvo usted algún influencia?¿Habría dejado de suceder la cosa si se hubiera ausentado? ¿Es usted mejor por haber formado parte de una masa? ¿No sabe que por televisión millones han visto lo mismo y podrían afirmar haber estado allí, aunque no fuera cierto, y contarlo probablemente con más detalle? Realmente no tiene mucho sentido esta serie de preguntas ya que vivir algo en directo no es ni parecido a verlo por la televisión, también el hecho de criticar a alguien por formar parte de la masa… ¿Por qué? ¿Por acudir a un acto que quieres ver o que te gusta? La verdad que Javier Marías ha estado bastante desacertado con esta retahíla de “crueles” preguntas ya que no tienen sentido ninguno.

La parte del artículo en la que compara a las personas que se hacen selfies con los niños pequeños que precisan la atención de su madre es una afirmación sin fundamento ya que dice: El niño necesita testigos para asegurarse de que efectivamente está en el mundo y existe (…) ¿Verdad que no soy una figuración, pues hago cosas y las veis? Y yo me pregunto ¿ De verdad Javier Marías piensa que un niño pequeño tiene una mente tan perversa como para pensar en si existe o no, y de tener que llamar a sus padres para asegurarse de ello? Un niño pequeño no creo que tenga dudas existenciales.

Articulo completo: http://elpais.com/elpais/2014/11/28/eps/1417189748_414291.html

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